5 Cosas que la IA Puede Hacer Hoy (y 5 que Todavía No Puede)


1. Generar texto coherente y contextualizado

Modelos como ChatGPT pueden escribir artículos, resúmenes, correos o incluso poesía, siguiendo instrucciones y adaptándose al tono y al contexto.
No «piensan», pero son excelentes procesadores de lenguaje.

2. Detectar patrones complejos en grandes volúmenes de datos

Desde identificar fraudes en transacciones bancarias hasta detectar tumores en imágenes médicas, la IA puede ver lo que a los humanos se nos escapa.

3. Automatizar tareas repetitivas

Puede clasificar correos, responder preguntas frecuentes, organizar documentos o actualizar bases de datos, ahorrando tiempo y reduciendo errores.

4. Analizar sentimientos en texto

Aunque no siente emociones, puede identificar si un mensaje expresa enojo, alegría o frustración, útil en atención al cliente o monitoreo de redes sociales.

5. Interactuar con usuarios de forma conversacional

Los asistentes virtuales pueden mantener diálogos naturales, resolver dudas y realizar tareas simples por voz o texto.


1. Comprender emociones humanas reales

Puede identificar palabras asociadas a emociones, pero no sentirlas ni captar matices emocionales profundos, como la ironía o la tristeza silenciosa.

2. Tener sentido común humano profundo

Sabe muchas cosas, pero no siempre hace conexiones lógicas obvias para un niño de 5 años. A veces comete errores que sorprenden por su simpleza.

3. Innovar completamente por sí sola

Puede combinar ideas existentes, pero no tiene intencionalidad creativa. La innovación radical sigue siendo humana.

4. Actuar con verdadera conciencia o intencionalidad

No sabe que está hablando contigo. No tiene deseos, motivaciones ni metas propias. Solo predice palabras en función del contexto.

5. Tomar decisiones éticas complejas

Puede seguir reglas o principios programados, pero no tiene una brújula moral. Temas como justicia, empatía o dilemas éticos siguen requiriendo criterio humano.


Conclusión

La inteligencia artificial es poderosa, pero no es mágica. Puede escribir, clasificar, analizar y conversar. Pero no entiende como nosotros, ni siente, ni decide por voluntad propia.
Conocer sus fortalezas y limitaciones nos permite usarla con criterio, sin miedo ni idealización, y avanzar hacia una convivencia más consciente con estas nuevas herramientas.

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